obstuso Stiglitz

El premio Nobel Stiglitz sorprende (es un decir). En su artículo de hoy (ya criticado por Peter Boettke) en el periódico global en español critica la posición neoliberal, que parece identificar con los neocons y con el capitalismo (se entiende que es el capitalismo «salvaje», «sin reglas», y demás tonterías que se oyen a diario)

Dice el ilustre economista que los hechos actuales (¡y la historia!) refutan las tesis neoliberales (no se ha enterado de que la historia no refuta teorías, como mucho las ilustra) y -¡cómo no!- la teoría económica tampoco las apoya. Sabiendo que, en los últimos años, se ha convertido en adalid políticamente correcto de la crítica al capitalismo a la Krugman, uno no se sorprende de que los males de los que habla en el artículo el autor no se dé cuenta de que no son males causados por el capitalismo desbocado, si no por una doble conjunción terriblemente dañina: la intervención estatal de los bancos centrales en los mercados expandiendo la oferta monetaria y el riesgo moral provocado por la existencia de los mismos bancos centrales a la hora de asumir los bancos privados e intermediarios financieros en general excesivos riesgos. Esto ha tenido como consecuencia que el falso ahorro liberado al mercado se haya centrado en los bienes inmobiliarios (hecho meramente contingente, al igual que en la crisis anterior era el sector de internet y las nuevas tecnologías el que recibía el falso ahorro). Pero lo que realmente llama la atención sobre la poquísima comprensión de la esencia del mercado que tiene el Nobel es sobre lo que significan las pérdidas en el mercado: las pérdidas en los balances de las empresas que continuamente se proclaman a los cuatro vientos en los medios de comunicación hoy en día son, precisamente, la señal de que el mercado SÍ funciona.

La esencia del mercado, Sr. Stiglitz, es que hay beneficios y pérdidas, pero, sobre todo, que se dan las últimas cuando los proyectos de inversión no son aprobados por los consumidores ni nacen de decisiones económicas reales de los agentes económicos. Es precisamente el hecho de que los proyectos de inversión erróneamente emprendidos (viviendas) se purguen, la clara ilustración de que el mercado se autoajusta dinámica y evolutivamente y asigna eficientemente los recursos a través del tiempo. Que estos ajustes se aceleren cíclicamente NO es debido al mal funcionamiento del capitalismo, ni una característica inherente al mismo, como señalan los marxistas. Esto es debido a las políticas monetarias expansivas de los bancos centrales, que provocan los ciclos de auge y recesión.

Que esta idea no sea aprehensible para las gentes no doctas en la ciencia económica es algo muy comprensible, ya que los argumentos económicos correctos (y liberales) son anti-intuitivos. Pero que todo un premio Nobel tampoco las sepa (¡o no las quiera saber!) es algo gravísimo y que deja al susodicho Stiglitz como una figura relevante y conocida, premio Nobel de economía..pero un mal economista.

5 respuestas

  1. No he entendido casi nada de lo que dices, pero me quedaria ahi leyendolo horas y horas 🙂
    La crisis nos volvera locos a todos, pero sigue escribiendo sobre econonomia, quizas vengan del ministerio a ficharte 😀

  2. Rafa, no sabía que tenías blog. Te enlazo en el blogroll del mío.
    También he escrito sobre este tema… muy de acuerdo con lo que dices!
    Saludos!

  3. […] los temas que prefiero remitirme a escritos de ayer y futuros escritos. Reitero mi llamamiento (Rafa ha escrito un magnífico artículo), a esos que saben más que yo, para que no dejen pasar esta oportunidad de plantar ante las narices […]

  4. […] eminente protavoz del anticapitalismo políticamente correcto en el mismo periódico global. Si el domingo pasado fue el, ya Nobel, Stiglitz (con cumplida y devastadora refutación por parte de Juan Ramón Rallo y […]

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